Danos siempre de tu pan

Jesus, Hijo de Dios verdadero:
Que venciste al poder del mal, y has vuelto victorioso de los abismos, que resucitado de entre los muertos eres motivo de alegría y esperanza en nuestra propia glorificación.
Gracias te doy por el don de haberme hecho cristiano, de ser ungido y sellado en el Espíritu, y de ser así admitido al banquete de tu cena pascual.
Ahora comprendo que comulgar tu cuerpo y sangre es participar de tu Pascua, de tu pasión, muerte y resurrección.
Quiero beber tu mismo cáliz, gustar tus padecimientos en los míos, para así ser glorificado en tu propia gloria. Hazme instrumento de paz y reconciliación en medio de los míos, así como tú fuiste obediente siempre al Padre. Dame siempre del pan de tu palabra y del pan de tu cuerpo y sangre pascuales, amén.
Que el Señor te bendiga, paz y bien.
Fray Maseo.

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