Amado Jesús, tu eres el Hijo de Dios.
Y lo he descubierto poco a poco, a tientas... me voy llenando de la certeza de que tus palabras son verdad y vida. En tus palabras Señor, pongo mi esperanza; hoy quiero que hagas en mí una nueva persona.
Tu discípula, la Madre Laura Montoya, decía: "Destrúyeme Señor, y sobre mis ruinas construye un gran templo que te glorifique"
¡Si Señor, yo quiero que me hagas de nuevo!
A veces desearía poder devolver el tiempo, hacer lo que podía entonces y dejar de hacer tantas cosas de las que me arrepiento... pero no, de nada vale regresar al pasado si, siendo el mismo, acabaré actuando igual: mejor hazme de nuevo ahora, y así volver a empezar. Quiero contemplarte amado Jesús, elevado como la serpiente en el desierto, quiero verte y obtener salud. Quiero poner a tus pies mi vida, mi familia y mis sueños. En el recogimiento de mi casa y con los míos, y más aún, dentro del Templo de mi corazón quiero estar en comunión contigo. Envía tu Espíritu, que sopla como el viento donde quiere, y crea en mi un corazón puro. Amén.
El Señor te conceda su paz y bien, así sea.
Fray Maseo.
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.