Sé nuestra luz.

Padre de amor y misericordia,
Tanto nos amas que nos enviaste tu Hijo en nuestra carne, nuestra pobreza y miseria, como luz enviada a las tinieblas que nos oprimen, y ese Hijo, vino a acampar con nosotros, a liberarnos de nuestra prisión, de las noches tristes, del vacío, de no saber que hacer.
Así como el pueblo de Israel caminaba por desierto nocturno, guiado por la luz de tu amor, ese amor ahora no me desampara: gracias Señor porque me amas, me iluminas, acampas conmigo en las noches de mi vida, y me haces portador de tu luz, quiero conservar esa luz en mi corazón y así consolar a los míos, y ser instrumento de tu bendición para el mundo, Amén.

Que el Señor te conceda su paz y bien, así sea.
Fray Maseo.

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