Vengo a lavarte los pies.

Jesús, Hijo de David:
En este día quiero cantar tus misericordias; contar al mundo entero tus maravillas. Quiero ponerme de pie ante el pueblo y vivir glorificando tu nombre. Tu eres santo, Señor.
Pero antes que nada, quiero volver sobre mí mismo y el mundo que me rodea; quiero repasar mi historia y de dónde vine... quiero volver a donde me encontraste y mandaste llamar, tal como Samuel mandó llamar a David, sacándolo de entre las ovejas de su padre Jesé. Si Señor: sácame de mi parentela, de mi lugar y llévame a pescar en aguas más profundas. Pero no me dejes enceguecer por mi fervor misionero: enséñame primero a lavar los pies a mis hermanos, y a dejarme lavar los pies por ti. Enséñame a escuchar antes que a predicar, a dejarme cuestionar por ti antes que querer aleccionar a los demás... enséñame a ser el menor, amén.
Que el Señor te bendiga, te guarde y te conceda su paz.
Fray Maseo.

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