Preces por el don del Espíritu.

  • Estás realmente presente, Jesús resucitado, aunque de otra manera. Por la fe creemos que estás realmente con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” y que ahora, reunidos en tu nombre estás en medio de nosotros. Te pedimos que aumentes nuestra fe en tu presencia resucitada en medio de la comunidad de creyentes, que podemos caer en la tentación de vivir entristecidos e inconscientes de tu dinamismo vital.
  • Estás realmente presente, Maestro y Señor en tus palabras que son Espíritu y vida. No tenemos ni queremos ir a nadie más, porque solo tú tienes palabras de vida eterna. Te pedimos que infundas en nuestro corazón la esperanza cierta de que tus palabras son verdad, aliento, consolación y fundamento de “la venida gloriosa de nuestro Dios y Salvador Jesucristo”.
  • Estás realmente presente Señor, por el don de tu Espíritu, que actúa de abogado y defensor, de animador de nuestra comunidad, de eficaz protagonista de los sacramentos, de maestro que hace madurar la memoria y la fe de los cristianos. Te pedimos que este Espíritu que nos moldeó a imagen y semejanza tuya y por el bautismo nos selló para ti, brote de nosotros como fuente viva para dar ánimos a tus hijos más pequeños y pobres.
  • Estás realmente presente, Espíritu Santo, en la Orden los Hermanos Menores, de la cual quiso Francisco constituirte como Ministro General y Animador de nuestra fraternidad. Te pedimos la gracia de vivir desapropiados de las ataduras de este mundo, para no desear otra cosa que tu vida en nosotros y tu santa operación.


Comentarios