Tal como en las carreras de relevos, la fe es un testimonio. Lo recibimos de otros, probablemente nuestros padres, y luego llega el momento de entregarlo a alguien más.
La fe no se hizo para guardarla; se hizo para ser transmitida. Creer es un paso importante, más no el único: hace falta manifestar amando que creemos en el Amor de Dios.
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Que el Señor te conceda su paz.