El Señor te bendiga, ya que Él es la fuente y el origen de toda bendición, incluso de cuando sentimos el impulso de bendecirlo a Él y glorificarlo con nuestras vidas.
El Señor te guarde en su amor, te proteja de todo peligro del alma y del cuerpo; te haga capaz de proteger a los tuyos y de brindar protección a quienes se crucen en tu camino.
El Señor te muestre su rostro de misericordia en todos los aspectos de tu vida y tu persona: ilumine tu vida, tus emociones, tus deseos, tus sueños, tus proyectos y todas tus decisiones.
El Señor tenga piedad de ti y perdone tus pecados, tus infidelidades, las veces que te olvidas de Él y de honrarlo en todas tus acciones.
El Señor, Príncipe de la Paz, te conceda la paz verdadera y alegría perfecta, ánimo en los momentos duros, consuelo en tus pérdidas y sobre todo te mantenga en el buen camino de la vida, acompañado de compañeros y compañeras de luchas, amores, amistades, desafíos y esfuerzo cotidiano.
El Señor te bendiga, te guarde y derrame la abundancia de su gracia sobre ti. Amén.
El Señor te guarde en su amor, te proteja de todo peligro del alma y del cuerpo; te haga capaz de proteger a los tuyos y de brindar protección a quienes se crucen en tu camino.
El Señor te muestre su rostro de misericordia en todos los aspectos de tu vida y tu persona: ilumine tu vida, tus emociones, tus deseos, tus sueños, tus proyectos y todas tus decisiones.
El Señor tenga piedad de ti y perdone tus pecados, tus infidelidades, las veces que te olvidas de Él y de honrarlo en todas tus acciones.
El Señor, Príncipe de la Paz, te conceda la paz verdadera y alegría perfecta, ánimo en los momentos duros, consuelo en tus pérdidas y sobre todo te mantenga en el buen camino de la vida, acompañado de compañeros y compañeras de luchas, amores, amistades, desafíos y esfuerzo cotidiano.
El Señor te bendiga, te guarde y derrame la abundancia de su gracia sobre ti. Amén.
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Que el Señor te conceda su paz.