Cuando el amor es profundo no se precisan muchas palabras; el amor es más elocuente con los gestos. Y tú, Señor, estabas lleno de gestos de amor.
Cuando la fe es firme, no es necesario demostrarla con profesiones elocuentes. La fe se manifiesta en las decisiones que tomamos. Y hoy, con una fe recta, me acerco a tu presencia, a que me propongas la Palabra de Vida.
Cuando la esperanza es cierta, sobran las pruebas; basta una palabra para quedar sanos. El que vive esperanzado en ti y tus promesas, Jesús, está tranquilo, alegre y se mantiene fiel.
Un cristiano ama con gestos concretos, cree con decisión y espera con alegría.
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.