¿Qué debo hacer?
¿Cuál es la decisión correcta?Pocas veces deseamos tener tanto un oído atento y una gran capacidad de discernimiento como cuando estamos ante una decisión importante. No sabemos a donde acudir ni quién nos puede garantizar que no nos equivocaremos en lo que vamos a hacer. Ninguna aseguradora tiene cobertura con cosas que atañen al corazón, a la felicidad o al éxito; nuevamente la única puerta que se nos abre es la de la fe.
La vida cristiana se parece a aquellos deportistas que compiten cada cuatro años en los juegos olímpicos, pero que entrenan cada día de su vida. No esperan el momento crucial para decidir mejorar, sino que mantienen un alto nivel de rendimiento en todo momento. Un cristiano que solo se esfuerza por cultivar su espiritualidad en los momentos de crisis o de decisiones carece de esa madurez, fortaleza, resistencia y pericia espiritual que solo posee quien "entrena" a diario en la fe, la escucha de la Palabra y el pan cotidiano de la Eucaristía.
Dice un antiguo proverbio latino «la fortuna favorece a los que están dispuestos». Del mismo modo, la sabiduría de Dios la alcanzan los que todos los días la buscan. El que cultiva un campo solo cuando siente mucha hambre, no cosechará nada.

Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.