Señor del universo:
de aquel universo que poco a poco vamos conociendo y también de los desconocidos y casi infinitos confines del cosmos:
Tú, que altísimo y soberano te abajas hasta mí, el más pequeño de tus hijos
- la más humilde de tus hijas -
y aún siendo Señor de astros inmensos y de la creación toda, te fijas en el humilde,
escucha mi oración.
Escucha esa oración que es una entre las millones de plegarias que se pronuncian en el mundo.
No será la pena más grande, ni el problema más urgente del mundo...
es simplemente lo que soy con mi pobreza.
Tú escuchas al humilde; hazme menos orgulloso y más sencillo. Ya que eres mi Maestro, enséñame a estar atento a las pequeñas voces de mis hermanos, a lo que dicen cuando no dicen nada. Y también a las voces de mis hermanos más pequeños, cuya voz no es tenida en cuenta. Escúchame tal como yo escucho.
de aquel universo que poco a poco vamos conociendo y también de los desconocidos y casi infinitos confines del cosmos:
Tú, que altísimo y soberano te abajas hasta mí, el más pequeño de tus hijos
- la más humilde de tus hijas -
y aún siendo Señor de astros inmensos y de la creación toda, te fijas en el humilde,
escucha mi oración.
Escucha esa oración que es una entre las millones de plegarias que se pronuncian en el mundo.
No será la pena más grande, ni el problema más urgente del mundo...
es simplemente lo que soy con mi pobreza.
Tú escuchas al humilde; hazme menos orgulloso y más sencillo. Ya que eres mi Maestro, enséñame a estar atento a las pequeñas voces de mis hermanos, a lo que dicen cuando no dicen nada. Y también a las voces de mis hermanos más pequeños, cuya voz no es tenida en cuenta. Escúchame tal como yo escucho.
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Que el Señor te conceda su paz.