Sigue tu camino, viajero; no te detengas ni distraigas. Anda, pregonero: vete a anunciar lo que has visto y vivido en tu propia vida. Es momento de anunciar a otros la buena noticia que te ha transformado y aún tiene mucho por transformar de ti.
No te detengas ni discutas con quien se oponga a ti. Tampoco te quedes llorando por las piedras que te lancen o por las que te hagan tropezar. Ni siquiera te ocupes de sentir lastima por ti mismo, porque nada debe distraerte de tu misión: continuar, seguir andando tras el Señor.
Anda, aunque aún tengas asuntos por resolver o ataduras por soltar. Sigue tu camino con perseverancia, levántate de inmediato y toma al alimento sin detenerte.
Un cristiano sigue a Jesús mientras va aprendiendo cómo seguirlo.
No te detengas ni discutas con quien se oponga a ti. Tampoco te quedes llorando por las piedras que te lancen o por las que te hagan tropezar. Ni siquiera te ocupes de sentir lastima por ti mismo, porque nada debe distraerte de tu misión: continuar, seguir andando tras el Señor.
Anda, aunque aún tengas asuntos por resolver o ataduras por soltar. Sigue tu camino con perseverancia, levántate de inmediato y toma al alimento sin detenerte.
Un cristiano sigue a Jesús mientras va aprendiendo cómo seguirlo.
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.