Tu mirada, Jesús, cambia la vida de quienes se encuentran contigo. Te me quedas mirando y me das un nuevo nombre.
Caminas por la orilla del lago, me encuentras con la mirada y me invitas a una aventura.Me ves bajando por la abertura del techo y antes de que yo pueda decir alguna cosa, me perdonas mis pecados.
Ves mi lepra y aún así decides tocarme, purificarme y devolverle el sentido a mi vida.
Me ves saliendo del pueblo en compañía de la muchedumbre; ves mi dolor y mi pérdida y decides por tu cuenta devolverme lo que he perdido; me miras con compasión.
Ahora yo te he visto, voy tras de tí...
Me invitas a tu casa y lo que veo allí me agrada.
Me quedo contigo y tú te conviertes en mi Maestro.
Enséñame a mirar con tu mirada, a transformar el mundo desde una nueva perspectiva.
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Que el Señor te conceda su paz.