No me dejes caer.

No me dejes caer en la tentación de buscar un atajo. Aleja de mi la pretensión de simplificar mi relación contigo hasta los mínimos, sabiendo que Tú, Dios mío, me amas generosamente y sin tacañería. El amor está en la generosidad de cada detalle, ayúdame a esforzarme más en cuidar mi relación contigo.
No permitas que caiga en la tentación de la desesperación. Este fue el pecado del antiguo pueblo al pie del monte que se desesperó porque Moisés no bajaba y se fundieron ídolos para adorarlos en tu lugar. Dame paciencia y dame la gracia de ver el mundo en tus tiempos, Señor, no en los míos.
No permitas que pierda la confianza en ti, Señor. Si yo me ocupo de seguirte, tú te ocuparás de sustentarme. Si me pides andar contigo, sé que me darás las fuerzas para caminar. Si me pides cargar la cruz, confío en que no me darás un peso que supere mis capacidades. Creo y confío, pero aumenta mi fe y esperanza. No me dejes caer en la tentación y líbrame del mal.


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