Purifica mi corazón.

Antes de pronunciar sentencias,

casi todas de condenación,

dame, Señor, la prudencia

y llena de bondad mi corazón.


Antes de proferir murmuraciones

y discursos de maldición,

concédeme pureza de intenciones

y palabras de bendición.


Antes de hablar en tu santo Nombre

y predicar a otros de tu verdad,

dame sabiduría ante los hombres

para servir a todos con caridad.



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