Dame confianza.

Al finalizar mi jornada, Jesús mío, te entrego los avatares del día. A muchas pruebas, grandes y pequeñas, me veo sometido a lo largo de mi faena cotidiana y poco a poco me voy desgastando. No es fácil caminar detrás de ti; me distraigo fácilmente y mi confianza va mermando a medida que caigo y me levanto.


Sé que la gracia y la capacidad de vencer me las das tú, pero a veces soy como Pedro, que intenta caminar sobre el agua y su fe flaquea; a veces mi confianza, autoestima y mi fe se debilitan por un mal comentario o un simple desaire. Mi emocionalidad a veces puede ser muy frágil, así que también la pongo en tus manos al finalizar este día.


Te entrego todo, Jesús, lo que soy y lo que tengo; en ti está puesta mi confianza y mi paz. Ayúdame a no apegarme a lo que pudo ser y no fue de este día... lo que pude hacer te lo entrego agradecido y lo que no pude, lo confío a tu misericordia. Que mañana, al comenzar un nuevo día, sea todo nuevo en mis ánimos y en mi corazón; cada día es día de unirme a tu pasión, muerte y resurrección.


Comentarios