De muchas maneras el cristiano suele entender el descanso nocturno como una analogía de la muerte. Nos acostamos al final del día (metáfora de la jornada de nuestra vida) pero lo hacemos con la esperanza de levantarnos al día siguiente para recomenzar.
Es así como el reposar durante la noche y el despertar al amanecer del nuevo día son maneras de imitar a Jesús que se duerme al encomendar en el Padre su espíritu y resucita con la aurora del día santísimo de Pascua.
¿Cómo podemos santificar estos dos momentos del día e imitar así a nuestro Señor que reposó y se levantó del sepulcro?
Principalmente con la oración: oración de confianza y entrega antes del descanso nocturno y de acción de gracias por el despertar a un nuevo día. En la Liturgia de las Horas se reza así:
«Señor, ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida nueva». Amén.
Es así como el reposar durante la noche y el despertar al amanecer del nuevo día son maneras de imitar a Jesús que se duerme al encomendar en el Padre su espíritu y resucita con la aurora del día santísimo de Pascua.
¿Cómo podemos santificar estos dos momentos del día e imitar así a nuestro Señor que reposó y se levantó del sepulcro?
Principalmente con la oración: oración de confianza y entrega antes del descanso nocturno y de acción de gracias por el despertar a un nuevo día. En la Liturgia de las Horas se reza así:
«Señor, ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida nueva». Amén.
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Que el Señor te conceda su paz.