Misericordia

¿A que se parece la misericordia de Dios?
Se parece, tal como la visión del profeta Ezequiel, a un torrente de agua pura que nace del lado derecho del santuario de Dios. Dicha agua se convierte en un río enorme que no se puede atravesar sino nadando y cuya agua pura va hacia el mar que llaman Mar Muerto (el más salado del mundo) y cuyas aguas transformará en agua dulce y pura.
«A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán: producirán todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del santuario. Sus frutos servirán de alimento, y sus hojas de medicina» (Ez 47, 11). La misericordia de Dios es la prueba de que para Dios no hay nada imposible (Lc 1, 37) y que Dios hace nuevas todas las cosas (Ap 21, 5). A los hijos de Dios no nos queda sino aceptar la verdad de este misterio y desechar del corazón esa tentación del Maligno de creer que ni siquiera la misericordia de Dios nos puede purificar. Del mismo modo que brota el agua de vida del santuario de Dios, del costado de Jesús brotó sangre y agua: misericordia divina para todo aquel que se plante al pie de su cruz con fe y esperanza.


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