De aquello que hemos visto y oído debemos dar testimonio; lo exige la naturaleza de la buena noticia que nos ha sido comunicada. En un mundo obsesionado con las malas noticias, el caos y la desesperanza, ¿no vamos a anunciar que la muerte no tiene la última palabra?
También para el mundo amanece la luz de Cristo. Estamos llamados a transparentar esa luz, para que pueda llegar hasta los confines de la tierra.
«Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios» (salm 97). Un cristiano es ante todo un testigo de las maravillas que Dios ha obrado en su vida.
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.