Ungidos.

La experiencia del discípulo con la resurrección de Jesús también es el punto más alto de una relación con un nuevo amigo: el Espíritu Santo. Este amigo Espíritu Santo ha estado sutilmente presente desde el principio de la misión de Jesús en este mundo, y ahora, al realizar su obra máxima resucitando a Jesús de entre los muertos, se nos presenta e inaugura una amistad con todos aquellos que nos hemos hecho amigos de Jesús. También en nuestra vida, este amigo Espíritu Santo siempre ha estado presente: nos corresponde ahora abrir los ojos y entrar en una dinámica nueva. Ser cristiano es reconocerse ungido por el Señor y dador de Vida.


Comentarios