La fidelidad es una virtud construida a punta de disciplina. Si la gracia de Dios es una semilla, quien quiere ser fiel la riega y abona como el campesino, esperando a su tiempo cosechar abundantes frutos; los frutos de un amor maduro.
La fidelidad de pareja exige de ambos esa misma disciplina del labrador del campo, porque, ¿cómo espera alguien recibir el fruto del amor maduro si su propia semilla no ha madurado por negligencia?
La fidelidad a Dios, por su parte, exige además humildad. Sin ella, no podremos ser corregidos por los hermanos ni cuestionados por la palabra de Dios. ¿Puede ser fiel un hombre que no reconoce con humildad sus debilidades?
Solo en el corazón humilde pueden florecer frutos de fidelidad a Dios y a los demás.
La fidelidad de pareja exige de ambos esa misma disciplina del labrador del campo, porque, ¿cómo espera alguien recibir el fruto del amor maduro si su propia semilla no ha madurado por negligencia?
La fidelidad a Dios, por su parte, exige además humildad. Sin ella, no podremos ser corregidos por los hermanos ni cuestionados por la palabra de Dios. ¿Puede ser fiel un hombre que no reconoce con humildad sus debilidades?
Solo en el corazón humilde pueden florecer frutos de fidelidad a Dios y a los demás.
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.