Los primeros cristianos no hacían "misiones" tal como las conocemos hoy; no iban predicando a grandes voces en esquinas y plazas, sino que acudían a los sitios de oración comunes en cada pueblo que visitaban, o en el lugar de trabajo que les correspondía, y en conversaciones casuales, e incluso discretas, hablaban de la Buena Noticia de Jesús. Así solía evangelizar Pablo, el gran apóstol de los gentiles, haciendo crecer las comunidades de la Iglesia. Luego de visitar un lugar, pasaban de nuevo más adelante. Si se había constituido una comunidad, les instituían un presbítero. Después, Pablo permanecía al tanto de sus progresos y, si era necesario, les escribía cartas para exhortarlos, corregirlos y animarlos. Por supuesto, escribir y enviar una carta era un trabajo difícil y podía pasar mucho tiempo hasta que llegaba a su destino... ¡imagina si Pablo hubiera conocido nuestra época de internet, donde podemos enviar un mensaje al otro lado del mundo en un instante!
Justamente, un mensaje como este que estás leyendo surge de una inspiración paulina. También muchos santos, como Francisco de Asís y Catalina de Siena, se valieron de cartas y mensajes para difundir el evangelio, aconsejar, animar y también llamar la atención sobre los signos de los tiempos.
Y nosotros, ¿qué hacemos con estas poderosas herramientas de comunicación? ¿Nos animamos a transmitir con ellas un mensaje de esperanza y vida?
Nunca fue tan fácil gritar por todo el mundo: ¡Jesús está vivo! ¡Sólo Él tiene palabras de Vida Eterna!
Justamente, un mensaje como este que estás leyendo surge de una inspiración paulina. También muchos santos, como Francisco de Asís y Catalina de Siena, se valieron de cartas y mensajes para difundir el evangelio, aconsejar, animar y también llamar la atención sobre los signos de los tiempos.
Y nosotros, ¿qué hacemos con estas poderosas herramientas de comunicación? ¿Nos animamos a transmitir con ellas un mensaje de esperanza y vida?
Nunca fue tan fácil gritar por todo el mundo: ¡Jesús está vivo! ¡Sólo Él tiene palabras de Vida Eterna!
Comentarios
Publicar un comentario
Que el Señor te conceda su paz.