Breve invocación al Espíritu Santo.

Ven, Espíritu Santo:
Desciende sobre nosotros como lluvia del cielo y empapa nuestros corazones con aquel amor que inunda la Trinidad divina, que te hace acudir en ayuda de aquel que te invoca con fe.
Brota, Espíritu Santo, desde el interior de nuestro ser como brota un torrente de agua pura; límpianos de toda impureza y corrupción de pecado. Muévete en nuestra mente, voluntad y memoria, tal como te movías sobre las aguas en los tiempos de la creación del mundo. Tú, según la voluntad del Señor, puedes rehacernos y recrearnos: renueva nuestro interior por la fuerza de tus dones y carismas.
Enciende, Santo Espíritu, el fuego de tu amor en cada uno de los que te invocamos. Nuestra alma y nuestro cuerpo son templo tuyo, consagrado para ti desde el día de nuestro bautismo. Ven a tomar posesión de tu templo, de tu Iglesia cuando se reune en tu nombre y de todo el mundo, renovando la faz de la tierra, por el amor del Padre y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.
Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado. Y renovarás la faz de la tierra. Amén.


Comentarios