Paciencia espiritual.

No te desanimes si decaes con frecuencia en tu oración y fervor espiritual, ya que este desánimo puede significar que estás poniendo tu confianza en tu propia voluntad y no en la gracia de Dios. La gracia de Dios actúa en lo sutil y escondido, «germina y va creciendo sin que el hombre sepa cómo» (Mc 4, 27). El discípulo no se desespera en los tiempos de sequedad
espiritual porque confía en que a su tiempo el Señor hará producir sus frutos.


Comentarios