Mi buen Pastor,
Enséñame a reconocer tu voz en medio de las muchas voces sutiles que intentan corromper mi espíritu. Quiero escucharte solo a ti, porque es la mejor elección que puedo hacer.
Cuando el bullicio interior y exterior me impida encontrarme contigo, ayúdame a guardar silencio, acallando afanes inútiles y preocupaciones mundanas. Deseo escuchar tu voz y obedecerla.
Sobre todo, Jesús, quiero dejar de atender a la voz de mis caprichos, vanidades y a la autocompasión que embriaga mi mente. Quiero levantarme de esa parálisis que me impide seguirte por nuevos caminos, a ti, Pastor bueno, que conduces a pastos abundantes de vida y plenitud. Dame la plenitud por la fe en tus palabras, Señor, y la humildad para aceptarlas por encima de mi orgullo.
Enséñame a reconocer tu voz en medio de las muchas voces sutiles que intentan corromper mi espíritu. Quiero escucharte solo a ti, porque es la mejor elección que puedo hacer.
Cuando el bullicio interior y exterior me impida encontrarme contigo, ayúdame a guardar silencio, acallando afanes inútiles y preocupaciones mundanas. Deseo escuchar tu voz y obedecerla.
Sobre todo, Jesús, quiero dejar de atender a la voz de mis caprichos, vanidades y a la autocompasión que embriaga mi mente. Quiero levantarme de esa parálisis que me impide seguirte por nuevos caminos, a ti, Pastor bueno, que conduces a pastos abundantes de vida y plenitud. Dame la plenitud por la fe en tus palabras, Señor, y la humildad para aceptarlas por encima de mi orgullo.
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Que el Señor te conceda su paz.